El tiempo de ocio y de relacionarnos no es una excepción. Un ejemplo es el auge de la comida a domicilio. Los profesionales de la hostelería no ganan para sustos con tanto cambio. Las medidas de confinamiento que hemos padecido durante la primavera han supuesto que mucha gente renuncie a salir y relacionarse. Como no queda más remedio que adaptarse a la nueva situación, numerosos bares y restaurantes han potenciado el servicio de llevar la comida a casa. “Si no viene la gente, tendremos que buscarnos la vida para que podamos facturar. Los gastos siguen siendo los mismos y tenemos que estrujarnos el cerebro para sobrevivir”, nos comenta un conocido hostelero durangués que prefiere mantenerse en el anonimato. “No sirve de nada quejarnos, porque de dar pena no vivimos, así que hemos metido horas en perfeccionar este servicio y la verdad es que nos ha permitido coger un poco de aire”. En su restaurante se han sorprendido del éxito de este nuevo servicio, que lo ofrecen ”tanto para llamarnos y llevarte tu mismo la comida a casa; o bien, que te la llevemos con el servicio de mensajería que tenemos contratado”         Un muestreo rápido por diferentes establecimientos que ofrecen el take away en Durango nos da una valoración positiva de este servicio. “La gente pide desde bocadillos a hamburguesas, pasando por platos más elaborados- ensaladas, primeros y segundos- sin olvidarnos de los postres. Cuando prueban un par de veces ya se convierten en clientes habituales de este formato”. El público ha acogido muy bien el aumento de propuestas para pedir y llevar la comida a casa. “Es una maravilla la variedad que tenemos para pedir: desde comida japonesa, hasta platos muy ricos como unas alubias, un bacalao, unos chipis en su tinta…y unas tartas que están muy ricas. No tienes que comerte la cabeza para tener una cena espectacular…y arreglada de precio”, nos cuenta Alazne. Esta duranguesa nos recalca que “yo y mi marido preferiríamos salir y quedar con gente en los bares, pero tal y como está todo el tema tenemos que cumplir lo que nos recomiendan, aunque queremos consumir en los comercios y la hostelería del pueblo. Si tenemos que pedir y llevar a casa, lo haremos, pero seguiremos confiando en los profesionales que están en Durango, porque son ma ra vi llo sos”, nos recalca con vehemencia esta andereño. El take away es un ejemplo de la manera que los profesionales de la hostelería se adaptan a los cambios de hábitos sociales, acelerados por la Covid-19. No queda otra. No se lamentan. Buscan soluciones. Son profesionales. Son los hosteleros. Se merecen un reconocimiento.